Antes de las guerras mundiales, muchos niños vestían de rosa. Las niñas, de azul. ¿Por qué hay tantos uniformes azules? Bien sencillo: es el color de la confianza. Pero también el de los príncipes, el del amor ideal y el de las comidas imposibles. No es un color masculino, al contrario: durante mucho tiempo, las niñas iban de azul y no de rosa.